Museos coyantinos «YoMeQuedoEnCasa»: Punta de lanza de bonce

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Pieza: PUNTA DE LANZA DE BRONCE

 

Lugar de origen: Hallazgo fortuito en el lecho del río Esla

Cronología: Hacia el año 1000 a.C.

Conservado en: Museo de León. Réplica en el Museo del Castillo de Valencia de Don Juan

La pieza elegida para llevar nuestro encierro un poco más llevadero en el día de hoy nos habla de la antigüedad del asentamiento humano que acabará siendo la actual Valencia de Don Juan, el cual se remonta a hace 3.000 años. Consiste en una punta de proyectil de bronce que se halló en el lecho del río Esla y que se constituye como uno de los vestigios más antiguos hallados en nuestra villa.

Porque a muchos se les olvida, o no tienen constancia, de que el actual solar que ocupa nuestro castillo, además de albergar una magnífica fortaleza del siglo XV, es también un yacimiento arqueológico de gran importancia y complejidad cuyo horizonte cronológico se remontaría a la fase cultural correspondiente con el final de la Edad de Bronce y en la cual se irían sucediendo asentamientos posteriores: Hierro I, vacceos, romanos, suevos, visigodos y los diferentes poderes dados en la Edad Media… Siendo los últimos en llegar y en construir sus estructuras de poder los Acuña y Portugal… Y reaprovechando en buena medida estructuras anteriores (pero eso ya es otra historia).

Esta punta de lanza correspondería culturalmente al desarrollo de la fase conocida como Bronce Final Atlántico, que se extendía geográficamente por toda la franja occidental y norte de la Península Ibérica: de la actual provincia de Huelva y el Algarve portugués hasta el Golfo de Vizcaya y su desarrollo cronológico estaría acotado entre el año 1250 a.C. y el 900 a.C. aproximadamente. De esta cultura se caracterizan sobretodo los depósitos votivos con objetos tales como fíbulas, hachas de talón, puntas de lanza, regatones, y hojas de espada y puñal de la tipología conocida como “lengua de carpa”, por recordar su forma a la de la lengua de ese pez de agua dulce, y que son fácilmente distinguibles e identificables con esta fase cultural.

Entre los lugares en los cuales se realizaban este tipo de depósitos estaban los cursos de agua: ríos y arroyos, por lo que coincidiría el hallazgo coyantino con las prácticas desarrolladas por esta cultura. Hay que atender al hecho de que, aunque la metalurgia del bronce ya estaba desarrollada y era generalmente conocida, los objetos de este metal, por el coste de extracción y producción, seguían siendo algo muy valioso y por lo tanto caro, y su uso estaría asociado a las élites sociales, lo que nos hace ver que estos conjuntos supondrían para esta cultura un auténtico tesoro.

Como ya se ha mencionado, estos depósitos eran de tipo votivo, es decir, ofrendas que nos hablan de la religiosidad de esta cultura, en la que los cursos fluviales tendrían gran protagonismo, tal vez por la asociación del agua como fuente de vida.