Museos coyantinos «YoMeQuedoEnCasa»: Conjunto de mujer de polisón

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PIEZA: Conjunto de mujer de polisón.

 

Lugar de origen: Valencia de Don Juan.

Cronología: Mediados de la década de 1870.

Conservado en: MITLE Museo de la Indumentaria Tradicional Leonesa

En esta tercera entrega de “La Moda Elegante” os mostramos un conjunto de dos piezas, cuerpo y falda, de nuestra localidad, representativo de la moda de las décadas de 1870 a 1890, caracterizada por el uso del polisón.

El conjunto está realizado en tafetán de seda marrón, con aplicaciones de volantes del mismo tejido, flecos de seda marrón y terciopelo de seda negro.

La silueta característica de estas dos décadas (aunque no siempre igual) se distinguió por un torso alargado y un artificial volumen en la parte trasera de la cintura. La primera característica se consiguió mediante el uso del corsé, que durante esta etapa oprimía tanto el torso que su uso prolongado llegaba a reducir la caja torácica deformando las costillas y desplazando órganos vitales hacia el vientre. El volumen trasero en la falda se obtenía, primero recogiendo la propia indumentaria, y luego con la ayuda de un armazón o cojín (de multitud de formas y materiales) llamado polisón.

El denominador común de este artilugio era la incomodidad a la hora de sentarte, por ello, a mediados de la década de los ochenta, apareció el polisón “Langtry”, compuesto de varillas o láminas que permitía poder plegarlo para sentarte.

Estos cambios en la moda se los debemos a Charles Frederick Worth (1825-1895), couturier de origen inglés asentado en Francia, que abrió en 1858 su casa de modas, “La maison Worth”, en el número 7 de la Rue de la Paix de la ciudad de París.

Worth introdujo en el mundo del diseño una serie de conceptos que todavía en la actualidad rigen la industria de la moda. Sacaba una colección cada año, en la que introducía cambios importantes en sus diseños para obligar a sus clientas a comprar cada temporada si querían estar a la moda. En un momento dado introdujo las dos colecciones al año, primavera-verano y otoño-invierno, que siguen rigiendo el calendario actual de presentación de colecciones en la moda.

Worth diseñaba para mujeres influyentes de la alta sociedad parisina, que lucían sus vestidos en público y le hacían publicidad. Gracias a una de sus clientas, la princesa Pauline de Metternich, conoció a la emperatriz Eugenia de Montijo, convirtiéndole en su diseñador de cabecera. Una de las anécdotas más curiosas de su relación con la emperatriz francesa fue el encargo que Eugenia le hizo a Worth con motivo de su viaje a Egipto para la inauguración del Canal de Suez, nada más y nada menos que la friolera de 150 vestidos. Tuvo entre sus clientas a la reina Victoria del Reino Unido, o la emperatriz de Austria, Elisabeth de Baviera o Sissi.

A Worth también le debemos la costumbre de mostrar sus nuevas creaciones en mujeres jóvenes que contrataba para tal fin, que paseaban delante de sus clientas, naciendo la profesión de modelo de pasarela.

Que interesante es pensar que algunas de nuestras vecinas, hace 140 años, paseaban por la calle Mayor vestidas con esta extravagante moda, con esos polisones, que las hacía parecer centauros. Qué pena que no se conserven fotografías de la inauguración de la Parroquia de San Pedro, monumento del que hemos hablado el lunes. Seguro que las mujeres más acomodadas acudirían en 1876 vestidas de esta forma.

Con esta entrada os proponemos visitar el catálogo de uno de los museos más importantes de España, el Museo del Traje de Madrid. Esta institución tiene entre sus fondos una de las mayores colecciones de indumentaria histórica y moda de nuestro país. Además como Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, alberga los fondos del antiguo Museo del Pueblo Español, con multitud de piezas etnográficas.

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